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El PDF incluye una serie recomendaciones para reducir la probabilidad de contagio de COVID-19.

Pensaba dedicar esta segunda parte a las mascarillas, pero están revelándose datos tan rápidamente (literalmente, cada día), y estos son tan importantes, que voy a posponer el tema de las mascarillas para la tercera parte. Aunque, por supuesto, todo está relacionado.


Los virólogos y los epidemiólogos están trabajando contra reloj para entender esta enfermedad, COVID-19, y la mejor forma de tratarla. Quedan muchas incógnitas aún, pero una cosa está clara: COVID-19 es una enfermedad muy contagiosa. ¿Y por qué es tan contagiosa?

Los modos de contacto directo o indirecto requieren que una persona susceptible toque algo contaminado con virus; por ejemplo, una mano. «Directo» indica que el contacto de persona a persona transfiere el virus (por ejemplo, por un apretón de manos), mientras que «indirecto» implica que el virus se transmite a través de un objeto, como por ejemplo una manilla o un pañuelo de papel contaminados.

En cambio, la transmisión aérea, que también puede ocurrir de dos modos distintos, no requiere que haya contacto físico entre la persona infectada y la sana.

  1. Al estornudar o al toser, gotitas de fluido del tracto respiratorio cargadas con virus impactan directamente sobre una persona
  2. La persona sana puede inhalar partículas microscópicas de aerosoles que contienen virus. Estas partículas diminutas son lo suficientemente pequeñas para permanecer en el aire durante horas.

figura1 Esquema: https://doi.org/10.1016/j.ajic.2016.06.003

No está claro cuál de estos dos últimos mecanismos juega un papel más importante en la transmisión de COVID-19.

No me parece que esto sea como si te lanzaran una gota. Como si fuera una bala que cae justo dentro de tu boca y te contagia. En mi opinión, es probable que lo que causa la enfermedad sea algo más que una gota.

Josh Santarpia, investigador que estudia aerosoles biológicos.

Cada vez más pruebas indican que el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) se transmite no solo a través de gotitas (Droplet-borne route) que caen enseguida al suelo, sino también a través de aerosoles (Airborne route).

Estos aerosoles son lo suficientemente pequeños como para permanecer suspendidos en el aire y llegar mucho más lejos (Long-range airborne route) de la distancia de seguridad recomendada (que abarcaría solo el corto alcance, short-range).

La transmisión por aerosoles en más probable que ocurra en un ambiente cerrado, como un hospital. Esto ya se ha mostrado en el caso de MERS y de la gripe. De hecho, el SARS-CoV-1 (cuya estructura es similar al SARS-CoV-2) se considera un virus que se trasmite por el aire.

Los virus de los aerosoles podrían permanecer suspendidos en el aire durante días, mientras que las gotitas con virus caen enseguida al suelo, o se depositan sobre los objetos.

Actualmente no existe un virus respiratorio para el que sepamos la proporción exacta de infecciones que provienen de la inhalación del virus, con respecto a otros medios de infección (al tocar superficies contaminadas, etc.).

Pero rápidamente los investigadores van atando cabos. Mas información aquí.

Asintomáticos

Durante semanas se ha insistido en que la transmisión asintomática podía ocurrir, pero que no era un factor significativo en la propagación del virus.

Sin embargo, ahora está claro que la propagación de COVID-19 por personas sin síntomas o con síntomas leves puede ser responsable de la mayor parte de los contagios. Esto hace que el control de la pandemia sea mucho más difícil.

figura2

El ochenta por ciento de los pacientes infectados con SARS-CoV-2 tienen síntomas mínimos o leves. Pero estos casos asintomáticos y leves son muy importantes, pues son los que más contribuyen a transmitir el virus.

Varios estudios han demostrado que las personas infectadas con el nuevo coronavirus son más contagiosas durante la primera semana desde que empiezan a mostrar síntomas. Sobre todo, del segundo al cuarto día. A partir del tercer día, la liberación de virus comienza a caer. El esquema siguiente representa lo que ocurre en infecciones leves. Por extensión, se puede asumir que también pasa algo parecido en asintomáticos, pero no en formas más graves de la enfermedad.

Figura3

Figura: ARN vírico en hisopos naso-faríngeos (en azul) y título de anticuerpos en suero (rojo). La prueba de PCR (en azul) da positiva mientras haya virus en el cuerpo (en la figura, hasta los 20 días). Después, el único testigo que queda son los anticuerpos (en rojo), con los que se ha podido vencer al virus. Esquema cortesía de su autor: Miguel Ángel Jimenez Clavero. Investigador Científico del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA), INIA.

En los casos leves, el contagio se produce desde aproximadamente 2 días antes del inicio de los síntomas hasta una semana después del incio de los síntomas.

Una idea tranquilizadora es que, a medida que el sistemas inmune de estos pacientes se activa y produce anticuerpos (raya roja), los enfermos dejan de producir virus viables. Los investigadores aún podían detectar fragmentos del virus, pero no pudieron encontrar pruebas de que, entre esos trocitos, hubiera algún virus que pudiera infectar células.

Las personas infectadas excretan altos niveles de coronavirus, pero una vez que comienza la recuperación, la mayoría de las partículas de virus ya no son infecciosas.

Por definición, las personas asintomáticas y pre-sintomáticas no tosen ni estornudan. Esto nos deja solo con dos modos principales de contagio:

  • Contacto directo o indirecto.
  • Transmisión por aerosoles.

Hemos centrado la atención en la primera posibilidad: el contagio directo e indirecto. Los mensajes de salud pública inciden en la importancia de lavarse las manos a fondo y a menudo, saludar sin estrechar la mano ni besar, etc.

Menos atención se ha centrado en la transmisión por aerosoles, pero ya hay indicios suficientes para sospechar que los aerosoles juegan un papel importante en la transmisión del virus, lo que explicaría que COVID-19 sea una enfermedad tan contagiosa.

La transmisión por el aire (aerosoles) es la pistola humeante

El día 7 de abril se hizo público que el virus SARS-CoV-2 tiene una vida media en el aire mayor que el virus de la gripe, el SARS-CoV-1, la bacteria que provoca la tuberculosis y otros virus (el experimento se hizo con aersosoles, a 23 ºC y ∼50% de humedad). (Resultadados preliminares, aún sin publicar.)

Mientras esperamos las pruebas definitivas (a favor o en contra), ¡adoptemos las máximas precauciones!

Figura4

Técnica utilizada para cuantificar virus viables. Cada virus produce una placa (un circulito blanco) si ha sido capaz de infectar a las células. Cuanto más placas aparecen sobre el tapiz de células, más virus hay. Si no hay placas, pueden pasar dos cosas: o bien no hay virus, o bien estos no son capaces de infectar a ninguna célula.

La dosis del virus es importante

La carga viral es una medida de la concentración del virus en las secreciones respiratorias de una persona infectada. Tener una carga viral más alta significa que es más probable que alguien transmita la infección a otras personas.

El sistema inmunológico es más eficaz si la infección comienza con dosis bajas». Al igual que pasa con cualquier otro veneno, los virus suelen ser más peligrosos en grandes cantidades.

Las mascarillas reducen la cantidad de virus liberados o absorbidos. Por eso nos pueden ayudar tanto a no contagiar como a no contagiarnos.

El distanciamiento social y la buena higiene son también fundamentales, ya que estas prácticas no solo disminuyen la propagación de la infección, sino que también tienden a disminuir la dosis y, por lo tanto, la gravedad de las infecciones que se produzcan.

El nivel de virus (tanto en gotitas como en aerosoles) es más bajo en el exterior, por lo que simplemente caminar por la calle al lado de una persona infectada no supone un riesgo alto.

Si tienes un contacto pasajero con una persona infectada, la probabilidad de contagiarte seguramente sea muy baja.

El riesgo aumenta con el contacto prolongado, por ejemplo, durante una conversación cara a cara, o al compartir el mismo espacio durante un tiempo prolongado.

Teniendo esto en cuenta, tendría mucho sentido recomendar el uso de mascarillas como mínimo en los espacios cerrados.

Atención a los sistemas de ventilación de los edificos

El coronavirus podría propagarse por los edificios a través de los sistemas de ventilación, o incluso por las corrientes de aire. Esta posible vía de propagación del virus podría ser más importante de lo que se pensaba en un principio.

Los conductos de ventilación de los edificios pueden ser una de las formas por las que se producen las infecciones.

La importancia de ventilar

El aire puede servir para diluir la concentración de partículas con virus, y reducir por tanto la posibilidad de infección.

Figura5

Aumentar la ventilación de un espacio cerrado mediante la ventilación natural (abriendo las ventanas y las puertas) es una estrategia efectiva para reducir las enfermedades transmitidas por el aire.

Esta sencilla estrategia se debería usar en las aulas, en las oficinas, en las casas… En general, en cualquier local donde se concentre gente o donde haya algúnenfermo con virus.

Otra pieza importante del puzzle: no es necesario toser ni estornudar para propagar el virus

Si las personas infectadas con SARS-CoV-2 presintomáticas o asintomáticas no estornudan ni tosen, pero sí contagian ¿cómo lo hacen?

Estornudar y toser no son necesarios para generar partículas infecciosas. Las personas infectadas pueden liberarlas también al respirar, al cantar y al hablar.

Respirar sin mascarilla puede hacer que propaguemos el coronavirus. Y aún más hablar

Al hablar podemos liberar un número mucho más grande de partículas infecciosas (virus) que al toser. Y al cantar y hablar en voz alta, expulsamos aún más.

Figura6

Hablar en voz alta produce muchas más partículas infecciosas que toser.Cuanto más alto se habla, más partículas de aerosoles se producen.

Una enfermedad infecciosa transmitida por el aire (todo apunta a que la COVID-19 lo es) podría propagarse de manera más eficiente en una cafetería que en una biblioteca, o en una ruidosa sala de espera de un hospital que en una sala tranquila.

Es importante tener esto en cuenta:

El nivel de virus (tanto en gotitas como en aerosoles) es más bajo en el exterior, por lo que simplemente caminar por la calle al lado de una persona infectada no supone un riesgo alto.

Si tienes un contacto pasajero con una persona infectada, la probabilidad de contagiarte seguramente sea muy baja. Es muy poco probable que los aerosoles contaminados con virus sean capaces de infectar a una persona en una ambiente abierto (en un parque, por ejemplo).

El riesgo aumenta con el contacto prolongado, por ejemplo, durante una conversación cara a cara, o al compartir el mismo espacio durante un tiempo prolongado.

Teniendo esto en cuenta, tendría mucho sentido recomendar el uso de mascarillas como mínimo en los espacios cerrados.

Los sitios de alto riesgo de exposición a dosis altas son los lugares cerrados donde se congrega mucha gente: estadios, auditorios, cines, etc. Por eso estos lugares deberían permanecer cerrados el tiempo que sea necesario. Otros sitios arriesgados (pero esenciales) son los transportes público. En este caso debemos seguir estrictamente las medidas de seguridad, como usar mascarillas, mantener el espacio físico (siempre que sea posible) y nunca viajar con fiebre.

En resumen:

1. La mayor parte de las infecciones con el virus SARS-CoV-2 se producen a partir de enfermos asíntomáticos.

2. Posiblemente SARS-CoV-2 se transmita también por el aire.

3. Probablemente no sea necesario estornudar o toser para excretar aerosoles infecciosos. Basta con hablar o simplemente con respirar.

Tendremos que seguir tomando estas precauciones hasta que no tengamos nuevos casos durante más de dos semanas en nuestra ciudad/comunidad. Y posiblemente más tiempo, cuando comencemos a viajar de nuevo y podamos obtener casos importados. ¡Cuídate!

La OMS y los responsables de salud de muchos países (incluida España) nos han dicho repetidamente a los ciudadanos que no necesitamos usar mascarilla a menos que nos sintamos enfermos.

Con los nuevos datos que se van revelando, estas recomendaciones tienen cada vez menos sentido.

Anexo

Las mascarillas son muy útiles para prevenir el contagio, pero ni todas son iguales ni siempre se usan bien.

Cualquier mascarilla tiene cierta utilidad para detener pequeñas gotas, pero no para detener los aerosoles. Solo hay cierta clase de mascarillas adecuadas para ello.

Usar mal una mascarilla conlleva riesgos. Hay unas normas muy importantes que deben seguirse siempre.

Te hablaré de ello en la siguiente parte del artículo, que publicaré en breve.

Figura6 Foto: The Guardian. Figura6 Foto: Bobby Yip/Reuters

Imagen de portada: Fusion Medical Animation/Unsplash


NOTA: Este artículo es un extracto del artículo original. En este enlace tienes acceso gratuito al PDF. No es necesario que escribas tu email.